Cómo aparece el dolor de espalda

El dolor de espalda aparece y se mantiene mediante un mecanismo neurológico:

  1. Se activan unas fibras nerviosas concretas -conocidas como Ad y C, o «sensibles a la capsaicina» o «nervios del dolor»-.
  2. Su activación causa dolor y desencadena inflamación y contractura muscular.
  3. Se constituye un círculo vicioso porque la inflamación y la contractura muscular mantienen activados los nervios del dolor.
  4. Existen estudios científicos que demuestran que si la activación de las fibras Ad-C dura el tiempo suficiente, se ponen en marcha mecanismos bioquímicos que pueden perpetuar su activación indefinidamente. En esa situación, el dolor se mantiene aunque desaparezca la causa que inicialmente lo desencadenó.

Este mecanismo neurológico que causa el dolor, la inflamación y la contractura muscular:

Puede ser desencadenado por alguna lesión estructural. Por ejemplo, cuando se produce una hernia discal se activan los nervios del dolor que están en las capas externas del disco al entrar en contacto con las sustancias que están en su interior. En este caso, una Resonancia Magnética permitiría ver la rotura de la envuelta fibrosa y precisar la causa del dolor.

Pero también pueden desencadenarse sin lesión estructural. Por ejemplo, el mantenimiento de una postura incorrecta puede sobrecargar un grupo muscular y provocar su contractura, excitando los nervios del dolor que lo inervan. Si la musculatura del paciente es insuficiente o asimétrica, la sobrecarga puede mantenerse mucho tiempo o repetirse periódicamente. En este caso, ninguna exploración radiológica permitiría ver la lesión que causa el dolor.

Son causas aceptadas de dolor de espalda:

  • Las fisuras, protrusiones o hernias discales cuando permiten el contacto del núcleo pulposo con los nervios del dolor situados en la envuelta fibrosa
  • Las degeneraciones importantes de la articulación facetaria..
  • Las contracturas musculares, desencadenadas por sobrecargas posturales, esfuerzos o alteraciones de la forma de la columna vertebral. En este último supuesto se incluye la escoliosis de más de 60 grados.
  • La compresión de una raíz nerviosa, por ejemplo por una hernia discal, una estenosis espinal o una espondilolistesis de grado III o IV.