Doctor, me quedé doblado

Es ésta una expresión que muchos médicos hemos oído decir a nuestros pacientes al tratar de describir el momento en que se desencadenó el dolor de espalda. Dichos pacientes nos comentaban cómo al inclinarse (sin flexionar las rodillas) para recoger algo del suelo se quedaron doblados sin poder volver a enderezarse.

Por ello, es aconsejable que sigamos unas normas básicas de higiene postural al cargar peso o al realizar las tareas domésticas,  y de esta forma evitar que nos ocurra lo mismo que afirma el titular de esta columna.

No obstante, recordemos que nuestra espalda aguanta mucho, y salvo casos muy concretos debemos tener una actitud activa ante el dolor, manteniendo el mayor grado de actividad y movilidad posible, y evitar el reposo en cama que aunque durante mucho tiempo se ha recomendado, la evidencia científica nos indica que es contraproducente para nuestra espalda, y puede además cronificar determinados dolores.

El ejercicio físico es bueno para nuestra espalda, puesto que cuánto más potente, simétrica y entrenada esté la musculatura menor será el riesgo de padecer dolor de espalda.

En definitiva, mantengamos una buena higiene postural, tengamos una actitud activa ante el dolor, practiquemos ejercicio físico y se nos acabarán las excusas para no hacer las tareas domésticas. 

Dr. Mario Gestoso
Director Médico de la Escuela Española de la Espalda