¿Es bueno estirar?

Existe mucha controversia en la actualidad sobre los estiramientos, un dilema a resolver entre la tradición y la evidencia científica. Lo primero que hay que entender es que los estiramientos son un tipo de ejercicios que aplican unos estímulos que tienen un efecto concreto sobre al aparato músculo esquelético y que estos efectos variarán en función de la magnitud, volumen, procedimiento y el momento a la hora de aplicarlos.

Sus principales virtudes son la capacidad de mejorar la amplitud articular, la elasticidad del músculo y mejorar la fuerza. Refiriéndonos al dolor de espalda, estas capacidades nos pueden ayudar a reducir la sintomatología y a mejorar nuestra autonomía siempre que se desarrollen de forma adecuada. A la hora de aplicarlos hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que pueda parecer, un estiramiento no es un ejercicio suave, sino más bien todo lo contrario, ya que se exige in extremis la capacidad de la estructura muscular. El efecto placentero que recibimos es debido a procesos fisiológicos que inducen a la inhibición de los receptores del dolor, en ese estado de inhibición el riesgo de lesión es más elevado si se siguen aplicando cargas sobre el músculo.

Nuestra recomendación es que antes de realizar estiramientos nos asesoremos por un profesional acreditado que valore cuáles son nuestras necesidades sobre los estiramientos en función de nuestra condición física, y que determine qué estiramientos son los más adecuados, qué procedimiento debemos seguir y cuándo y cuánto debemos estirar.