¿Puedo tener dolor de espalda sin estar lesionado?

Como entidad especializada en el tratamiento y la prevención de las lesiones de la espalda, la Escuela Española de la Espalda sigue compartiendo información útil para todas las personas, siempre atendiendo a la evidencia científica disponible.

Existen muchas formas de iniciar un proceso doloroso de espalda. Como por ejemplo puede ser un impacto, una carga puntual excesiva, una carga repetida, una carga mantenida en el tiempo, etc. Que se haya iniciado un proceso doloroso no significa que haya una lesión en el tejido, pero la respuesta del organismo será la misma como si realmente hubiera un daño tisular ya que el dolor es un mecanismo de protección que se basa en la percepción del riesgo. Por tanto, si nuestro sistema nervioso interpreta que estamos en riesgo de padecer un daño va a hacer las adaptaciones necesaria para preservar nuestra integridad.

Una vez iniciados los sistemas de protección nuestro cuerpo empezará a generar dolor, procesos inflamatorios y disfunciones musculares a fin de asegurar que no podemos dañar la estructura de nuestra columna susceptible de ser dañada.

La mejor forma de afrontar una situación como esta es en primer lugar diagnosticar que realmente no existe un daño en la columna. Así, el primer paso será acudir a su médico para certificar que no hay un daño.  En segundo lugar, la evidencia científica nos indica que la mejor forma de enfocar esta situación es intentar mantener el máximo grado actividad posible; esto significa practicar actividad física la cuál no incremente la síntomatología.

En caso de no conseguir superar el dolor con estas indicaciones, el tercer paso es acudir a un readaptador deportivo para que le aplique un programa de recuperación física para su espalda. Una vez que su aparato locomotor haya recuperado su función y capacidades normales, el dolor desaparecerá y para mantener la salud de su espalda será suficiente con seguir manteniéndola en forma.

Andrés Galmés
Director Técnico de la EEDE