La realidad del sudor y la pérdida de peso

Comúnmente se tiene la falsa creencia de que para adelgazar hay que sudar, pero en realidad las funciones del sudor son regular la temperatura y eliminar toxinas. Cuando hacemos ejercicio o nos exponemos a ambientes calurosos nuestra temperatura corporal aumenta bien por las reacciones químicas  para la producción de energía o por la exposición directa a una fuente de calor exógena. Una  vez que incrementamos la temperatura a un nivel que dificulte el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo empezaremos a sudar y con ello se empapa nuestra piel, actuando como un radiador ya que el agua transmite la temperatura 25 veces más rápido que el aire, la sangre de los capilares cercanos a la piel se enfría y siguiendo el retorno venoso consigue enfriar la temperatura de nuestro cuerpo hasta alcanzar los niveles óptimos para funcionar.

El aumento y la pérdida de peso se controlan (exceptuando alguna afección metabólica) por el equilibrio de la ingesta y el gasto de calorías.  Siempre que el gasto supera a la ingesta estaremos perdiendo peso. El gasto se produce por el mantenimiento de las funciones corporales (mantenimiento basal) más las contracciones musculares que generan en los movimientos corporales. Por tato a más movimiento más gasto. La ingesta se controla por la cantidad de alimentos que consumimos y la cantidad de calorías que contienen por unidad de peso, por tanto habrá alimentos más ricos que otros.

Por tanto no adelgazamos porque estemos sudando, sino porque nos estamos moviendo, movernos aumenta la temperatura  y para que podamos seguir moviéndonos hay que bajar la temperatura y por eso sudamos.  Mejor busca ambientes frescos y procura estar bien nutrido antes de hacer ejercicio para que puedas entrenar durante más tiempo a mayor intensidad y así conseguirás gastar más calorías.

Nuestro consejo al respecto es que para una saludable puesta en forma hay que:

–          Realizar un progresión lógica en vuestros entrenamientos, incrementar la carga sin prisa y adaptarla a vuestras posibilidades

–          Mejor entrenar regularmente a intensidad moderada durante toda la semana en vez de entrenar mucho uno o dos días

–          El clima es importante y afecta a nuestro cuerpo, por ello es mejor elegir las horas del día donde las temperaturas sean más adecuadas, en verano son a primera y última hora del día.

–          Tomar una dieta adecuada a vuestras actividades y vuestro estilo de vida

–          Si no tenéis los conocimientos necesarios para seguir estas premisas, acudir a profesionales del sector.