La energía gastada durante las actividades diarias es recuperada por los humanos a través del sueño, lo que garantiza un rendimiento óptimo al día siguiente. Los trastornos del sueño son comunes: un meta análisis sobre la calidad del sueño mostró que entre el 15 y el 30 por ciento de los adultos reportan trastornos del sueño, como latencia de inicio del sueño (SOL), duración insuficiente del sueño y despertarse frecuentemente por la noche.
El dolor lumbar (LBP) se ha identificado como una de las principales causas de la mala calidad del sueño. Los hallazgos de la literatura son discordantes sobre el tipo de colchón que podría prevenir la aparición del dolor de espalda, lo que resultaría en una mejor calidad del sueño. Realizamos una revisión sistemática https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34878594/ de la literatura de artículos publicados hasta 2019, investigando la asociación de diferentes colchones con la calidad del sueño y el dolor lumbar. Con base en los estudios examinados, los colchones fueron clasificados según el Comité Europeo de Normalización (2000) como: colchones blandos, de firmeza media, extrafirmes o personalizados para pacientes afectados de decúbito supino. Se han incluido un total de 39 artículos calificados en la revisión sistemática actual.
Los resultados de esta revisión sistemática muestran que un colchón de firmeza media promueve la comodidad, la calidad del sueño y la alineación del raquis.